Oleajes Anómalos: no se aprende la lección

 Desde hace algunos días, la costa norte y centro del Perú, vienen siendo afectadas por un potente oleaje anómalo originado por fuertes vientos sobre el mar frente a la costa occidental de USA. Este fenómeno cíclico y previsible, fue anunciado con la debida anticipación por la Marina de Guerra, no me queda claro si con la debida llegada a todos los sectores que serían afectados. Lo que sí está claro, es que en el Perú, las acciones preventivas son insuficientes o inapropiadas, como por ejemplo el uso de vallas en el Callao, que en realidad son usadas para encausar las aguas (como en el caso de las crecidas de los ríos donde resulta necesario ubicar puntos de desfogue de las aguas para evitar desbordes), más no para detener la enorme fuerza de las olas. En mi opinión, la compra de las vallas es un gasto inútil que denota la ausencia de técnicos calificados en los gobiernos locales y que sólo sirven para que las autoridades digan que están  "cumpliendo su labor". Por otro lado, es evidente la falta de una debida articulación interinstitucional entre los organismos que deben actuar antes, durante y después de estos fenómenos.

Resulta preocupante también leer comentarios en las redes respecto a que DICAPI habría cerrado los puertos tardíamente. Incluso se puede observar en un video una embarcación de descarga de la pesquera Exalmar a la que se dice, se le autorizó extrañamente el permiso de zarpe durante los oleajes, lo cual por cierto, terminó con la embarcación revolcada por las olas. Los familiares de los tripulantes aseguran que los empleadores los amenazan con despedirlos en caso de no cumplir las ordenes. Ambas denuncias ameritan una investigación inmediata pues se podría tratar de abuso laboral y, en el otro caso, de corrupción en el tema de permisos de zarpe de manera irregular.

Lo cierto, es que estos oleajes anómalos ocurren todos los años  aproximadamente entre los meses de diciembre a febrero inclusive, variando por supuesto su intensidad. Por lo tanto, los gobiernos regionales, locales y otras entidades estatales, bajo la dirección del Ministerio de Defensa , deberían tener protocolos eficientes para ponerlos en práctica en cuanto se emitan las alertas, asunto que lamentablemente, no se ve. Estos protocolos no sólo deben considerar medidas de protección de las vidas humanas y del patrimonio material, de todo tipo, sino también las necesarias medidas de fiscalización para que los procedimientos sean cumplidos a cabalidad y se eviten situaciones como las que menciono líneas arriba. Resulta inadmisible que habiéndose alertado sobre la ocurrencia de estos oleajes con la debida anticipación, decenas de pescadores hayan quedado atrapados en alta mar teniendo que ser rescatados por la Marina de Guerra, en unos casos y en otros, por sus mismos compañeros de faena. Esto denota una preocupante falta de control por las autoridades pertinentes.

Resulta necesario también revisar la normativa que permite construir más allá de los 50 mts. desde la línea de alta marea. Demostrado está que esta distancia, no sólo afecta las área de playa que deben estar destinadas al disfrute público sino que además es insuficiente en caso de este tipo de oleajes y ni qué decir de eventuales tsunamis, que algunos creen que por ser eventos que no ocurren con regularidad, nunca pasarán. Las afectaciones a casas, hoteles, negocios diversos y restaurantes en Tumbes y Piura, ponen en evidencia la falta de fiscalización en lo que respecta a construcciones en playa y, ni qué decir de las licencias por parte de las municipalidades en lugares no apropiados para construir edificaciones como las que se vieron afectadas por encontrarse a escasos metros del mar. Es necesario también repotenciar el accionar de Defensa Civil en el ámbito de las municipalidades y gobiernos regionales, empezando por contar con funcionarios debidamente calificados que coordinen permanentemente con el órgano rector.

Finalmente, no me cansaré de insistir en la necesidad de remediar aquellos aspectos que nos diferencian del primer mundo y en los cuales debemos trabajar a partir de la educación como son: el cumplimiento irrestricto a las normas, desde el ámbito personal hasta el gubernamental; la formación y práctica de valores cívicos y el carácter PREVISOR de los gobiernos lo cual no es otra cosa que la puesta en práctica de lo que la experiencia vivida a través del tiempo nos dejó como lección, es decir, de la historia,

JULIA SCHABAUER