Una Costa Verde Chalaca a prueba de oleajes

La Punta es un distrito balneario sui generis, unido a la masa continental por algo más de 300 mts. y con sólo tres vías de ingreso y salida: La Av. Grau, la Av. Gamarra y la Costa Verde. Durante los meses de verano el distrito recibe alrededor de 40,000 visitantes cada fin de semana y unos 7,000 vehículos. Si consideramos que La Punta tiene una superficie de apenas 0.75 Km. cuadrados y que los espacios disponibles para estacionar están ocupados en su mayoría por los residentes (alrededor de 3,500), no es difícil imaginar la caótica situación que, a pesar de los esfuerzos de las autoridades, no se logra aún una solución eficaz que corrija una problemática que nos rebasa. Un caso particular sufrimos los punteños este último fin de semana debido al cierre de la Costa Verde Chalaca por la presencia de un oleaje anómalo. El caos en el ingreso de la Punta fue total.

Siendo un problema histórico el desborde de visitantes a la Punta durante los meses de verano, la construcción de la Costa Verde Chalaca fue esperada con entusiasmo por los punteños y chucuitanos ya que gozaríamos de una vía rápida que nos conecte con los distritos costeros  del sur de Lima en breve tiempo. Sin embargo, la felicidad no duró mucho. Una obra paralizada lago tiempo por temas de corrupción que además adolece de serias deficiencias en su ejecución, no beneficia a los chalacos como se pensó. La mencionada vía resulta que tiene que ser cerrada, justamente en el tramo que corresponde al Callao por los cada vez más frecuentes, oleajes anómalos.

Durante el inicio de su construcción, Félix Moreno, gobernador del Callao por aquellos tiempos, anunció una Costa Verde rodeada de modernos edificios, hoteles, jardines y lugares de esparcimiento. Me pregunto dónde están ...

Lo que está sucediendo en el Callao con la Costa Verde (que de verde no tiene nada), no es poca cosa y no sólo compromete responsabilidades pasadas sino también del actual gobernador regional y del anterior. Cuando se proyecta una obra de tal envergadura, las autoridades correspondientes deben garantizar la operatividad de la vía, aún con olejaes de importante magnitud. El reciente oleaje que ocasionó el cierre de la vía fue sólo de leve a moderada magnitud, casi nada en realidad. Sin embargo, fue suficiente para que sobrepase la escollera y el muro piano (adyacente) que protege la vía.

Conocida es la particular fuerza del mar entre el viaducto Santa Rosa y la Mar Brava. Por ello, el diseño original (que no se cumplió) consideró 65 espigones perpendiculares a la línea costera para frenar el embate de las olas y generar playas ya que éstas constituyen la mejor defensa costera. No se construyeron, imagino por un tema de reducción de costos y sólo se colocó un enrocado que probado está que no sirve a la larga pues la fuerza del mar erosiona el material que se encuentra debajo ocasionando el deslizamiento de las rocas y pierda su eficacia.

Con respecto a esto último, la Contraloría mediante informe de orientación de Oficio N° 1760-2019 señaló al gobierno regional de aquél entonces, que se adopten las acciones preventivas y correctivas respecto al impacto de las olas sobre la escollera y el muro adyacente a la vía ya que no cumplen la función de protección costera sobre la misma, existiendo un continuo rebasamiento de las olas ocasionando el deterioro de la vía. ¿ Se tomaron esas acciones ?...juzguen ustedes mismos. Es evidente que el enrocado se está deformando y que requiere de trabajos de reacomodo para reforzar la estabilidad y buen funcionamiento de la escollera.

En ese mismo año, el GORE indicó en un informe sobre la necesidad de construir rompeolas y escollera marginal y longitudinal a la playa para atenuar los oleajes y, rompeolas perpendiculares a la costa para controlar la erosión así como evaluar periódicamente el muro piano y la escollera para determinar su funcionalidad. Lamentablemente, como suele suceder, las buenas recomendaciones se quedan en el papel . Y es que como señala el urbanista Aldo Facho, el gran problema que viene causando la degradación  de la Costa Verde de manera sostenida, en general, es la pésima gobernanza. Cada alcalde ha hecho lo que a querido en su jurisdicción sin seguir un plan maestro para toda la Costa Verde que asegure no sólo el debido mantenimiento de la vía sino la correcta gestión de su entorno.

Así tenemos que en el Callao no se han tomado las medidas necesarias para evitar las  constantes acciones delincuenciales contra los vehículos y ciclistas que usan la Costa Verde. Entonces, el riesgo que la vía termine en desuso no sólo podría ser por las afectaciones del mar sino también por la inseguridad que representa trasladarse por allí. Tema aparte es el deficiente manejo paisajístico de la Costa Verde chalaca, con vegetación en mal estado y presencia de basura y desmonte.

Por lo tanto, resulta urgente aplicar las recomendaciones mencionadas anteriormente y evitar así que una obra de vital importancia para los chalacos y visitantes, termine resultando inoperativa. Hago un llamado especial a las autoridades para tomar cartas en el asunto y ejecutar las acciones pertinentes y evitar así que por oleajes menores se nos tenga que privar de usar tan importante vía.

JULIA SCHABAUER