Cada palo que aguante su vela

 Este conocido refrán alude a la necesidad de cada persona a velar por sus intereses y luego de las próximas elecciones, no hay duda que así tendrá que ser ya que el panorama post- electoral se muestra preocupante, sea quien fuere el ganador dadas las pesadas mochilas que cargan cada uno. Por lo tanto, la única salida que nos queda, es convertirnos en ciudadanos vigilantes de la defensa de la Democracia y la Libertad.

Lamentablemente, nos encontramos ante dos opciones diametralmente opuestas: una desde la Derecha conservadora y la otra, desde la Izquierda radical -luego de una primera vuelta electoral en la que participaron 24 Partidos Políticos- que no representan, los dos juntos, ni el 20 % de los electores hábiles del país. Castillo ganó la primera vuelta con 2'689,804 votos y Keiko alcanzó el segundo lugar con 1'885,666 votos de un total de más de 24 millones de electores hábiles.

Dicho esto, nos preguntamos, ¿ Cómo llegamos a esta situación ? En las anteriores elecciones generales de este siglo, los candidatos que pasaron a segunda vuelta obtuvieron juntos, el 44.2 %, el 40.8 % , 40.4 % y el 44.8 % del total de electores hábiles. Sin embargo, en la reciente primera vuelta electoral, los candidatos que pasaron a segunda vuelta sólo representan el 18 % de los electores hábiles y en ese escenario, con dos diminutos representantes de la voluntad popular, tendremos que elegir al Presidente del Bicentenario.

Frente a estas cifras, es imposible pensar que estos candidatos representen a la Nación ni que garanticen una verdadera democracia, entendida ésta como el gobierno de las mayorías con respeto a las minorías. Por tanto es evidente que un fallido sistema electoral nos ha llevado a esta complicada situación por la cual, amigos y hasta familias se han enfrascado en ácidas discusiones como si con eso pudieran hacer cambiar de opinión a sus ocasionales contendores. Los ciudadanos, sin conocer los planes de gobierno, los antecedentes de los candidatos y sus equipos se han apresurado a exhibir sus preferencias, confirmándose de esta manera, una vez más, que la razón del voto es prioritariamente emocional.

No existe un sistema electoral perfecto, sin embargo, existen valores que se deben ponderar: la Representatividad y la Gobernabilidad. El sistema electoral condiciona por completo la política, por lo tanto, es importante tener un sistema electoral con amplio apoyo de los Partidos Políticos, es decir, que cuente con legitimidad y ni qué decir de la transparencia, pues la calidad de la democracia se verá afectada también por la corrupción electoral.

Un sistema electoral eficiente debe alentar el fortalecimiento de un sistema de Partidos Políticos en lugar de promover la fragmentación partidaria. No puede permitir Partidos con mínimo nivel de apoyo, más bien, debe estimular el desarrollo de un sistema de Partidos basado en valores o ideologías políticas amplias y en programas específicos. Los Partidos que cuentan con amplia base social garantizan la probabilidad de menores conflictos sociales ya que al contar con una ancha base social abarcan distintos grupos y sectores sociales que reflejan la opinión nacional. Por ello, la reforma electoral debe buscar mejores niveles de transparencia, probidad y representación de los Partidos Políticos. El exceso de Partidos Políticos hace que el voto se disperse y se termine eligiendo entre dos representantes de las minorías, como en este caso.

Por tanto, es necesario un cambio en las reglas de juego para que esta situación no se repita. Hoy en día,  un nuevo Partido Político, se constituye por iniciativa de su fundador que luego de recolectar tan sólo el 1 %  de firmas de los ciudadanos que sufragaron en los últimas elecciones generales y cumplir con los requisitos de ley, se inscribe en el ROP a cargo del JNE. Es urgente elevar los requisitos de ley, tanto para la formación y permanencia de los Partidos Políticos como para los candidatos a la presidencia y al Congreso de la República para mejorar la calidad de la representación y evitar su atomización que sólo conduce a enfrentamientos y componendas. No olvidemos que el Presidente de la República representa a la Nación, por lo tanto, debe estar a la altura de sus ciudadanos.




Comentarios

  1. Felicitaciones por el buen comentario sobre los partidos políticos

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  2. Efectivamente July, muy buen uso de ése refrán y muy acertado comentario también!
    Me hiciste recordar a otro refrán que lo pongo como reflexión: "La vigilancia eterna es el precio de la libertad."
    Gane quien gane... sólo mediante la vigilancia eterna los poderes destructivos de la inacción, incompetencia y corrupción, se mantendrán a raya. Un caluroso saludo. CE

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