"No gobernaré desde la casa de Pizarro"...

 "No gobernaré desde la casa de Pizarro porque tenemos que romper con los símbolos coloniales para acabar con las ataduras de la dominación que se ha mantenido por tantos años". Fragmento del discurso de 28 julio del presidente Pedro Castillo.

Esta cita, al igual que gran parte de su discurso, contiene una serie de imprecisiones históricas, no sé si por falta de conocimiento o por la intención de manipular a una incauta opinión pública que desconoce ciertos aspectos de nuestra historia. Lamentablemente, la historia, no es ajena a la manipulación política. cada sociedad interpreta su pasado y los políticos también. Ellos interpretan la historia de acuerdo a sus intereses en la disputa por el poder, creando su propia "Historia Oficial" .La utilización del pasado es una vieja práctica para celebrar el poder político de turno, interpretando los hechos de acuerdo a su conveniencia. Igualmente, las ideologías ensalzan o silencian los acontecimientos pasados según sus intereses.

Uno de los recursos de los Partidos de Izquierda en el Perú consiste en extremar las contradicciones entre el campo y la ciudad, entre lo andino y lo costeño, entre la cultura aborigen y la occidental. Asimismo, tal como lo hizo Castillo, se recurre al Imperio Incaico como referente perfecto al que hay que emular y reivindicar a sus pobladores diezmados por la conquista española. A los limeños se nos pone como herederos del abuso del conquistador y como enemigos de las provincias. Es absolutamente cierto que gran parte del interior del país ha permanecido en el olvido durante estos 200 años como república y que las sucesivas autoridades han gobernado de espaldas a las provincias, pero enfrentar a peruano contra peruano no es la solución. Si queremos señalar enemigos de los pueblos olvidados, estos son: la corrupción en todos los niveles de gobierno, los congresistas que trabajan para sus propios intereses, la incapacidad de las autoridades para ejecutar eficazmente sus presupuestos y por supuesto, la falta de voluntad política para asumir los cambios que el Perú requiere.

Somos una Nación en formación. Su consolidación implica un proceso largo y complejo en un país mega-diverso y pluricultural como el Perú. Sin embargo, aceptar nuestro pasado, de manera real sin manipulación alguna, es un primer paso. Como dice la notable etno-historiadora María Rostworoski, somos un pueblo acomplejado incapaces aún de superar el trauma de la invasión española. La frase de Castillo que cito al iniciar mi presente blog, contiene un absurdo negacionismo. Nuestro pasado hispano es parte de nuestra historia, cultura e identidad. El Perú es un país de todas las sangres. La historia es pasado, basta de lloriquear por lo que fue y miremos al futuro con los pantalones bien puestos.

Cuando Castillo se refiere a la Casa de Pizarro como símbolo del poder colonial evidencia una falta de rigor científico y ajuste a la verdad. El espacio que ocupó la casa del conquistador fue antes la residencia del curaca Taulichusco, encargado del gobierno Inca en el valle del Rímac con cientos de años de ocupación aborigen, mucho más tiempo que la española. Luego de Pizarro, fue efectivamente el Palacio Virreinal y posteriormente albergó a los libertadores José de San Martín y Simón Bolívar. Nuestro Palacio de Gobierno, tal como luce hoy, fue inaugurado durante la presidencia de Oscar R. Benavides en 1,938.

Asimismo, referirse la Imperio Inca como un ejemplo de un sistema de gobierno perfecto, denota ignorancia sobre el tema o manipulación política. Cuando llegan los españoles, Huascar y Atawallpa estaban en guerra por la sucesión, lo cual facilitó la conquista, pues las etnias que estaban sometidas al poder incaico deseaban liberarse del Inca. Si bien los Incas destacaron por su organización y la atención a las necesidades de su población de tal manera que no hayan sectores desamparados, su gobierno fue de corte semi-esclavista, jerarquizado, clasista, recurrió a castigos muy crueles como el traslado de pobladores de una región a otra por intentar sublevarse separando familias por siempre e igualmente se realizaron sacrificios de niños y adolescentes como ofrendas a los dioses, entre otros. De tal modo que cuando Castillo dice que el Imperio fue sometido gracias a "Felipillos" no es exacto. Los diversos reinos y confederaciones que unificó el Imperio Incaico siempre quisieron recuperar su libertad en su mayor parte y vieron en la llegada de los españoles la oportunidad para hacerlo pues los españoles les ofrecieron su apoyo para desligarse del yugo Incaico a cambio de su colaboración para con ellos.

Conocer nuestra historia es importante, para construir identidad y aprender las lecciones que ella nos deja. Sin embargo, un país no se puede quedar atado al pasado. La historia del hombre en el mundo, es una secuencia de guerras por el poder, la dominación y la obtención de riquezas. No podemos vivir odiando y quejándonos permanentemente. La presencia española en el Perú es un hecho histórico que dio lugar a lo que somos hoy en día. La población aborigen (en su estado puro) prácticamente desapareció durante el Virreinato.  Hoy todos los peruanos somos el resultados de una gran mezcla entre diferentes tipos de poblaciones (no razas, por favor, eso no existe) procedentes de diversas partes del planeta. Así debemos mirarnos y aceptarnos sin complejos como lamentablemente se siente en los discursos del señor Castillo. Las desigualdades y la pobreza se solucionan con trabajo y educación ,no con rencores y complejos.




 

Comentarios

  1. Pues a los mestizos nos ignoró... Su discurso fue para apaciguar a los peruanos, para creer que no nos va hacer daño...

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