Mi experiencia en los países nórdicos: referentes para el Perú
Un gusto retomar mis blogs luego de una prolongada ausencia debido a un interesante viaje por Dinamarca, Noruega y Suecia. Como política, la experiencia ha sido más que enriquecedora pues se trata de países que desde hace mucho tiempo se mantienen entre los más competitivos y con mejor calidad de vida, como el caso de Dinamarca, que obtuvo el primer puesto este año y en el 2,023 fue considerado en el primer puesto del Ranking Mundial de Competitividad IMD.
Mientras realizaba el largo viaje de regreso a Perú, anotaba con entusiasmo una serie de propuestas que podrían implementarse aquí. Soñar con un país mejor no cuesta nada. Sin embargo triste fue mi despertar al encontrarme con una nueva crisis política fruto del enfrentamiento -no de ideologías partidarias- sino de intereses mezquinos. A los políticos en funciones no les interesa el bienestar general sino la obtención del poder para lograr sus fines nada santos y, en medio de esta lucha, están los ciudadanos asumiendo las consecuencias de las luchas entre políticos de mala ley.
"Como política debes siempre emitir mensajes positivos" solía decirme un buen amigo y consejero político. Quisiera hacerlo siempre, pero difícil con un enfermo grave como el Perú y a un enfermo así, no lo curas con paliativos ni palabras bonitas. Se tiene que llegar al órgano enfermo, analizarlo para ver el daño, por más desagradable que pueda resultar y sólo después de ello podremos aplicar la mejor medicina. Entonces, como política responsable, siento que el camino correcto para resolver los graves problemas del Perú, es diagnosticar sus males para luego dar propuestas de solución. Nunca quedarse en la crítica. Eso no es serio, es facilismo. No me importa si es una tarea en solitario. Será suficiente para sentirme bien con lo que me toca. Soy consciente también que en razón de mis ideas, por ser una "oveja negra" pueda costarme futuras candidaturas. No importa, lo asumo.
Mi experiencia durante mi visita en los países nórdicos no hizo mas que confirmar los grandes males que el Perú debe solucionar si desea convertirse en en país desarrollado en las próximas décadas. En estos países el Estado invierte grandes sumas de dinero para lograr el estado del bienestar. Es decir, brindar a la población una excelente calidad de vida ofreciendo servicios de salud y educación de primer nivel gratuitos; infraestructura altamente desarrollada; seguridad; altos ingresos y una buena relación vida personal-trabajo. En ello se invierten los altos impuestos que pagan los daneses. Por otro lado, corrupción cero y estabilidad política con una economía competitiva que descansa en sus exportaciones y en permanente innovación tecnológica que permite el desarrollo de su industria y finalmente, una total apertura a las inversiones extranjeras.
Mientras tanto en el Perú seguimos dependiendo de los precios de las materias primas, particularmente de los metales sobre los que se sostienen nuestra economía, digan lo que digan los antimineros . Así también necesitamos invertir más en innovación para dejar de depender de tecnologías extranjeras (que muchas veces responden a otras realidades), sin embargo, no se le da la debida importancia a la investigación, en general. Ni qué decir de la corrupción enquistada en el gobierno y sus aliados (malos empresarios que los financian y sostienen). Sobre la inestabilidad política...terrible realidad...desde Ollanta Humala hasta Jerí, el Perú ha tenido ocho presidentes en diez años. Respecto a la industria nacional, hay mucho por hacer aún; el desarrollo de las zonas económicas especiales y los parques industriales es vital.
La inseguridad, ligada al mal manejo de este rubro por parte de los últimos gobiernos, merece mención aparte. Hoy en día es fácil delinquir. La institución encargada de resguardar el orden y la seguridad está en crisis. Tenemos una policía desmoralizada, mal equipada y politizada y las instituciones encargadas de administrar justicia copadas por los tentáculos de intereses políticos que pretenden manejar las principales instituciones del Estado para concentrar el poder. A ello hay que añadirle la gran corrupción en el personal del INPE encargado de resguardar las cárceles, desde donde, por cierto, se dirigen muchos de loa ataques por extorsión y sicariato. Por otro lado, tenemos un congreso que lejos de legislar en contra de la delincuencia, ha dado más bien leyes a su favor. Entonces, resulta que tenemos un gobierno protector de la delincuencia (por intereses muy mezquinos), que le da la espalda a la población generando desgobierno y desazón. La lucha contra la inseguridad no pasa de discursos banales y de medidas mediáticas que no han dado ningún resultado. No se da ni presupuesto ni logística para las labores de inteligencia porque no hay voluntad política, así de claro.
Finalmente, si queremos convertirnos en un país desarrollado tenemos que realizar una verdadera revolución educativa acorde con nuestra realidad, que no es la misma en todo el Perú. Esta debe considerar, por un lado, la mejora de la calidad de los maestros, hoy en día politizados y de muy bajo nivel profesional; la infraestructura educativa; el uso masivo de tecnología y el acceso a internet en todo el territorio nacional. Por otro lado, el más importante, la condición del educando. El mayor capital que tiene un país es su población. Niños con desnutrición, con anemia o nacidos en hogares disfuncionales (con todos los problemas emocionales y psicológicos que ello implica), no podrán constituirse en agentes ni productivos ni competitivos. Por ello es necesario trabajar en el seno de las familias con el debido acompañamiento de los centros educativos para lograr niños y jóvenes bien alimentados, sanos y bien formados en valores.
Queda claro entonces las tareas de los próximos gobiernos: fortalecer la democracia construyendo verdaderos partidos políticos basados en principios doctrinarios y no en intereses particulares; limpiar las instituciones estatales infestadas por la corrupción; pacificar el país; invertir en salud y educación de calidad para que sean un derecho ciudadano y dejen de ser un lujo; fomentar el desarrollo de la industria y la tecnología e invertir en infraestructura que tanta falta nos hace en un país con tantas brechas aún por resolver.
JULIA SCHABAUER
Julia felicito tu aporte y como tú muchas mujeres vamos a EMPODERAR y seremos las artífices de levantar a nuestro amado y bendecido país llamado PERÚ, AHORA SIÍ
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