Cierre del Congreso : Crónica de una muerte anunciada
Estimados lectores, me piden mi opinión sobre los recientes acontecimientos en el país y aunque aún no salgo de mi asombro por la velocidad de los cambios políticos, intentaré esbozar mi parecer sin entrar en temas legales por no ser de mi especialidad profesional.
La disolución del Congreso es el colorario de una muerte anunciada luego de meses de enfrentamientos entre el Ejecutivo y el Congreso y cuyo punto de quiebre fue la elección de los nuevos miembros del Tribunal Constitucional.
No dudo de los grandes errores del Presidente Vizcarra y su equipo en lo que concierne a gestión de gobierno. Tampoco sabemos aún si estuvo comprometido en actos de corrupción y si todo su discurso anti-corrupción fue sólo una pose o una estrategia para protegerse, pero está claro que hizo de la lucha contra la corrupción, su bandera y ello causó cierto efecto en la población, más cuando traslada esta lucha hacia el Congreso.
Declarar la guerra al Congreso y a otras Instituciones del Estado nos llevó a una situación de crisis, pero sin duda le dio réditos políticos importantes a Vizacarra ante un sector importante de la opinión pública. El cierre del Congreso era sólo cuestión de tiempo y se vio facilitado por el creciente repudio hacia sus miembros y/o bancadas políticas.
Aún hoy, importantes Constitucionalistas analizan si la disolución del Congreso fue legal o si se trató de un golpe de Estado y se sigue insistiendo en acudir a instancias alternativas para poner orden. Sin embargo - y al margen de quien tenga la razón - hay una situación fáctica que se está encargando de poner las cosas en su lugar, por lo menos hasta este momento. Me refiero a la forma en que se están dando los sucesos y cómo están siendo asimilados por la población, guste o no a algunos y es que Vizcarra está siendo reconocido y respaldado por las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional del Perú y una serie de autoridades regionales y locales y no han habido movimientos masivos en las calles en rechazo a su decisión. Vizcarra va ganando por "puesta de mano" y eso lo va afianzando en su posición.
Al margen de las verdaderas razones que tuvo el Presidente para cerrar el Congreso y si fue legal o no, el tema de fondo es la implicancia que estos hechos puedan tener en nuestra economía. Aunque, para decir la verdad, en lo personal creo que nada más nocivo para el Perú que el tema Lava Jato. Sin embargo, insisto en que somos un país resiliente protegidos por una macro-economía sólida. Por ello, en tanto las cosas continúen así, aprendamos de la experiencia vivida respaldando a buenos candidatos y comprometámonos cada vez más con el control ciudadano, importante herramienta para la lucha contra la corrupción en nuestras manos.
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