¿ Votarías por una mujer ?

 En reciente entrevista de un medio de prensa, uno de los puntos a tratar era sobre la participación de la mujer en política en los últimos años en el Perú, particularmente en el Callao y, luego de reflexionar sobre todos el esfuerzo que significó el poder lograr el derecho al sufragio hace 67 años, una pregunta vino a mi mente: ¿ Valora lo suficiente la ciudadanía el trabajo de las mujeres en el ámbito político como para votar por ellas ?

El camino de las mujeres para participar en política ha sido duro y complicado y lo sigue siendo en la mayor parte del país. En mi experiencia como política y ex candidata a la alcaldía de La Punta, para ser candidato a un cargo de lección debes tener: respaldo económico, tiempo, preparación profesional, mucha confianza en sí mismo para tener la habilidad de desenvolverse correctamente en cualquier escenario y el apoyo o por lo menos la aceptación familiar respecto al trabajo de campaña y/o de resultar eventualmente ganador de un cargo político.

A pesar de los avances de la mujer en su lucha por obtener igualdad de derechos y oportunidades, su participación activa en los procesos electorales aún es escasa. En el 2018 su presencia en gobiernos regionales y alcaldías no llegó ni al 4 % y respecto a regidores provinciales y distritales, apenas alcanzó el 30 %. No hemos tenido una presidente de la república  y las cabezas de listas siguen siendo mayoritariamente hombres y, en el 2020 sólo un 25 % de congresistas fueron mujeres, según datos de JNE.

En un país aún marcadamente machista y patriarcal como el Perú, es de esperarse poca participación femenina por ello se tuvieron que formular leyes que garanticen su mayor participación, estableciéndose así en el 2020 un porcentaje del 30 % en las listas de candidatos y a partir del 2021, la ley alternancia y paridad, pues claro, a las mujeres se les ubicaba en los últimos lugares. Esta última disposición ha favorecido la presencia la de la mujer en el Congreso de manera equitativa no siendo así en los gobiernos subnacionales.

La mujer peruana en las últimas décadas ha obtenido importantes avances en lo académico y en el ámbito laboral con la consiguiente mejora de su economía. Sin embargo esto no se ha dado de manera uniforme. Las brechas entre las mujeres de Lima con respecto al interior del país son enormes, más si consideramos las diferencias entre los estándares de vida entre la ciudad y el campo. Aún así, entre las mujeres mejor preparadas en el aspecto profesional, el porcentaje de participación en contiendas electorales es muy bajo.

Por otro lado, no se puede dejar de considerar otros factores que explican la escasa participación de la mujer en política. Aún con todos los avances respecto a roles igualitarios de la pareja en el hogar, las mujeres dedican el doble de horas respecto a los hombres en el cuidado del hogar y y más del triple del tiempo invertido en el cuidado de los hijos. Por lo tanto, un número significativo de mujeres sólo pueden alcanzar empleos a tiempo parcial, mayormente en comercio o servicios; la mayor parte en empresas informales, sin servicios de salud ni derechos laborales. ¿ Estarán estas mujeres en condiciones de participar en proyectos electorales ?...difícil realmente.

Líneas arriba mencioné que era importante el apoyo de la familia en la decisión de participar en una campaña electoral. Sin embargo, siendo la sociedad peruana marcadamente machista, las mujeres, más que el acompañamiento y apoyo de su pareja, lo que esperan es más bien el permiso del padre o de la pareja para poder participar, lo que de no significa excluirlas de sus labores femeninas. Es pues un escenario bastante complicado, aún así, muchas mujeres asumen el reto. Por otro lado, el acoso político es otro de los males que padecen las mujeres y aunque parezca increíble, dicho acoso procede los los miembros de sus  propias agrupaciones políticas.

Dicho esto, vemos que la participación de la mujer en las  lides electorales, es muy loable, si tenemos en cuenta las condiciones en que se desenvuelven. . Sin embargo los resultados nos muestran que ni las propias mujeres votan por sus congéneres. No olvidemos que más de la mitad del electorado lo constituyen mujeres. Entonces su poca presencia en cargos de elección no es sólo un tema de leyes sino también y tal vez más que nada,  es un tema cultural, de asignación de roles en los que a la mujer se le sigue viendo apta para tareas del hogar y de los hijos y/o para cargos de baja responsabilidad .

Hay entonces mucho trabajo educativo por realizar pues no hay una correlación entre el gran avance de las mujeres en el terreno profesional y de liderazgo, con la confianza que ellas inspiran. Es necesario acabar con los estigmas y estereotipos y dar verdaderas oportunidades a mujeres valiosas que a pesar de tantas dificultades deciden incursionar en política. Las mujeres y hombres tenemos las mismas capacidades, salvo aquellas diferencias que la naturaleza establece. Los roles, son formas que desarrollan las sociedades para funcionar mejor, no para definir quién es mejor que quién.

Después de estas reflexiones, espero entonces que la respuesta al título de mi presente blog, sea un certero, Si !