El auge portuario y la necesidad de un Ministerio de Comercio Exterior

 El Perú, a pesar de su ubicación geopolítica privilegiada y de sus ingentes recursos naturales, ha tenido la mala suerte histórica de tener gobernantes que suelen disparase a los pies. El Perú, en materia económica, es el país de las oportunidades perdidas o no suficientemente aprovechadas. Así hoy en día, mientras que se vive el desarrollo de un importante Hub portuario con Chancay y el Callao, el gobierno de Dina Boluarte evalúa la desaparición/fusión del MINCETUR. 

Es innegable que en una economía de libre mercado, la existencia de un ente rector del comercio exterior ha dinamizado la economía peruana a tal punto de haber convertido a dicho sector en uno de los ejes de desarrollo más importantes del país que contribuye de manera eficaz a la lucha contra la pobreza, la mejora de la calidad del empleo, el aumento de inversiones, y el intercambio de nuevas tecnologías, entre otros. Por lo tanto resulta muy válida la preocupación de exfuncionarios del MINCETUR respecto al destino final de éste.

MINCETUR, como es sabido, incluye Comercio Exterior y Turismo. En lo personal, sugiero que, dada la importancia del comercio exterior para el desarrollo del país, este sector tenga su propio ministerio y que más bien, Turismo se fusione con el Ministerio de Cultura ya que este sector maneja y " provee de insumos ", por decirlo así, al turismo para el debido uso social y aprovechamiento económico del patrimonio cultural. De esta manera se potenciaría la investigación, conservación y puesta en valor de los sitios arqueológicos e históricos para beneficiar su utilización a través del turismo.

Por otro lado, es obvio también que con el auge del comercio internacional en un mundo globalizado, se requiere cada vez más de puertos eficientes ubicados estratégicamente para el intercambio de mercancías en el menor tiempo posible para aminorar los costos. Hay, evidentemente, una relación estratégica entre un comercio exterior dinámico y los puertos disponibles. En este sentido, el nuevo eje portuario conformado por Chancay y el Callao beneficiará el comercio nacional y de los países vecinos al poder trasladar los productos al Asia, sin la necesidad de utilizar los puertos de Long Beach (USA) o Manzanillo (México), como es ahora. Se ahorrará tiempo y por lo tanto, dinero.

Es importante señalar también que, para los chalacos, el crecimiento sostenido del comercio exterior, ha contribuido a la obtención de un importante ingreso como es la Renta de Aduanas que procede de un impuesto aplicado a las importaciones a través de todas las aduanas existentes en el Callao. Por lo tanto, como chalaca y política que aspira a un cargo de elección en las próximas votaciones, el aseguramiento de un manejo eficiente del comercio exterior es un tema que me preocupa por las incidencias negativas que podría ocasionar, no sólo al Callao, sino a todo el país, el tratamiento irresponsable de dicho sector.

Dicho esto, espero que el buen discernimiento ilumine a nuestras autoridades y que se siga apostando por el desarrollo de nuevos puertos, como podría ser Corío, en Arequipa y otros en el norte, como Bayóvar ,cuyas profundidades permitirían el ingreso de los buques de mayor tonelaje . Que no nos asusten a los chalacos con el tema que Chancay ocasionará la ruina del Callao. Esto no es así. Siendo el Callao un puerto subregional, se complementará con Chancay. Habrá cierta competencia, pero la sana competencia siempre conlleva a la innovación y mejoramiento de los servicios. El futuro de economías pequeñas, como la peruana, está definitivamente en el buen manejo del comercio exterior para asegurar su ingreso a los grandes mercados y el crecimiento de su infraestructura portuaria.

Por todo lo mencionado, termino destacando la necesidad de culminar un verdadero proceso de regionalización del Perú, en el que cada macroregión transversal esté conectada a un puerto que no solamente sirva para exportar sus recursos sino, sobretodo, para desarrollar sus industrias y mejorar la economía de su población.

JUIA SCHABAUER