Política, Poder y Corrupción en el Callao

 Estamos a un año de la realización de nuevas elecciones regionales y locales y ello genera entre los ciudadanos nuevas expectativas de cambios positivos en bien de la comunidad. Lamentablemente, estas expectativas giran más en torno a la persona del candidato, que, a las propuestas o a las ideologías de los Partidos que representan. Tanta es la importancia que puede tener un candidato, que aunque haya sido un incapaz o corrupto, hay sectores importantes de electores, siempre dispuestos a votar por ellos nuevamente .Este es un mal nacional y, en el Callao, es un mal endémico.

Tratar de encontrar una explicación a este comportamiento ciudadano nos lleva a concluir que adolecemos de deficiente educación política que es algo así como la síntesis de todos nuestros males como Nación. Hace poco leí una interesante publicación del destacado economista, Juan José Marthans León en la que expresa lo siguiente: "Queremos un cambio con libertad, justicia, honestidad e igualdad de oportunidades. Es necesario crear un nuevo político, un empresario y trabajador competitivos, un Estado eficiente. Ni izquierda ni derecha, sólo Perú". Esto, en resumen, implica refundar el país con un nuevo perfil de ciudadanos y para ello se requiere de una importante inversión en educación para obtener resultados de mediano a largo plazo. Igualmente, es necesario despolitizar la educación atrapada por un gremio que trabaja más para sus intereses políticos y sindicales que por el bienestar de los educandos. Las consecuencias de una educación de baja calidad (sobretodo en el sector estatal ) lo vemos hoy en día desde la cabeza de gobierno.

Lograr lo que Marthans propone, será una tarea que seguramente nos tomará algún tiempo, pero no por ello debemos renunciar a efectuarla. La crisis en los partidos políticos y en los políticos tiene también un trasfondo educacional, porque la falta de valores y de respeto a las normas, ha convertido a la política en un negocio. Hoy en día, todos quieren ser candidatos, no importa si no dan la talla. Si tienen tiempo y dinero, es suficiente. Pocos son los casos en los que los partidos invitan a un personaje por sus atributos personales y profesionales, de manera prioritaria. En el Callao, el tema de calidad de los candidatos, es realmente un escándalo.

Y, ¿ Por qué tanta desesperación por ser candidato ? ...la respuesta es simple: obtener poder. El poder permite la acumulación de riqueza, permite colocar a amigos en cargos importantes, el poder permite traficar con los intereses poniéndoles un precio a cada "ayudadita". Esto ocurre en todos los niveles de gobierno. No hay deseo de servir, este concepto se ha debilitado totalmente. En el Callao hay personajes que hacen de los cargos públicos una forma de vida y van saltando de regidores a consejeros, alcaldes y gobernadores y su permanencia en los cargos de lección no son precisamente por su eficiencia y transparencia sino por sus hábiles dotes para engañar al incauto electorado chalaco.

Durante la campaña electoral del 2,018, el caballito de batalla de los candidatos, fue la lucha contra la corrupción, terminar con la inseguridad y el ofrecimiento de puestos de trabajo. Por supuesto que nada de esto se ha cumplido y una vez  más los chalacos nos sentimos estafados. Como ejemplo tenemos la reciente noticia de los más de doscientos mil soles que habría gastado el gobierno regional del Callao en clases fantasmas en diversas áreas del deporte, según afirma la Contraloría. El Callao es tierra de nadie sin principio de autoridad. Calles destrozadas, obras inconclusas, sin obras importantes de inversión que den trabajo a los chalacos, vías convertidas en paraderos informales de taxis, desorden total en el comercio ambulatorio, delincuencia en aumento y un largo y penoso etcétera.

Esta nefasta situación podría causar la equivocada percepción que el pasado fue mejor. No, ni la incapacidad ni los supuestos delitos cometidos por nuestras autoridades actuales deben hacernos pensar que los tiempos de Chimpúm fueron mejores. Lamentablemente, los votantes hacen de la vista gorda a la corrupción política por un tema de lealtad de grupo y de intereses afines. No interesa el bienestar general y la honradez en el manejo del dinero público. Lo que importa, son los beneficios personales. Esta es una percepción equivocada y egoísta.

Por ello, tengamos esta vez mucho cuidado con los candidatos y los nuevos partido políticos que han aparecido en escena. Muchos buscarán limpiar su imagen cambiando de partido o creando un partido nuevo. Miremos su entorno, su equipo, quiénes los financian, su trayectoria, su perfil personal y profesional. Leamos sus planes de gobierno y comparemos. Hay que estar alertas con los alfiles de quienes han sido malos gobernantes para rechazarlos. Igualmente con aquellas autoridades incapaces que a pesar de su mal manejo en el gobierno, pretenden saltar a otras circunscripciones  para seguir trabajando para su propio beneficio. A todos ellos, lo único que debemos darle, es el merecido castigo electoral.



Comentarios

  1. Muy claro y abarca la problemática de la provincia constitucional que debería estar en otro nivel de prosperidad. Problemática que coincide con tantos de los distritos de Lima incluyendo Lima Metropolitana.

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    1. Exacto amigo, muchas gracias por tu comentario.

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    2. Desde la República o finales del Virreynayto, seguímos siendo un país Caudillista.Muy lamentablemente tenemos las autoridades gobierno central y local
      elegidas por desconocimiento.

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  2. Buen diagnóstico. Hace mucho tiempo que no existen verdaderos partidos políticos. La ideología primigenia quedó obsoleta y solo hay candidatos por interés petsonal.

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