Democracia a la peruana
¿ No tienes chamba ?, ¿ No la haces en la actividad privada ?, ¿Tienes tiempo y dinero ?...bueno, entonces conviértete en candidato político. Forma tu equipo, reparte cargos para obtener apoyo y consigue a los inversionistas de tu confianza...luego les devuelves el favor, no hay problema. Si no te va bien a la primera, no importa, sigue intentando, así demuestras tu gran amor por tu ciudad. Si no tienes Partido político, tampoco te preocupes. Un nuevo Partido se constituye por iniciativa de su fundador que luego de recolectar tan sólo el 1 % de firmas de los ciudadanos que sufragaron en las últimas elecciones generales y cumplir con los requisitos de ley, se inscribe en el ROP a cargo del JNE. ¡ Así de sencillo !
A pocos meses de las elecciones regionales y municipales, el Perú se prepara para vivir, una vez más, una fiesta democrática en busca de las mejores autoridades para la administración de nuestras ciudades. Lamentablemente, si bien la Democracia es el mejor sistema de gobierno, ésta tiene sus debilidades y tampoco es una garantía de protección contra el regreso del autoritarismo. En nombre de la democracia se abre el abanico de posibilidades a oportunistas que alegan "fajarse" por el pueblo. El dinero y el poder pueden desvirtuar la voluntad de los ciudadanos, pueden alterar la competencia electoral y tomar la frágil democracia.
Si el voto se decide como resultado del dinero gastado en propaganda política, entonces tendremos sociedades gobernadas por el poder del dinero y no por la voluntad de las mayorías. Las reglas de juego deben garantizar condiciones igualitarias de competencia pero en la práctica vemos que no es así. Luego, los compromisos adquiridos con los inversores pesaran sobre los compromisos electorales. El poder del dinero distrae la agenda política. Las dádivas reemplazan a las propuestas de gobierno y al debate. El Callao es un lamentable ejemplo de ello.
En campaña, como ya lo podemos observar, se transita por el camino de la verdad y la mentira, por la ética y la deshonestidad pues el fin justifica los medios. Hay candidatos con evidente vocación política que desean aplicar su enfoque político en la búsqueda del bien común pero, hay otros a los que sólo los motivan sus intereses personales y los de sus allegados .
La esencia de una democracia representativa, como la que tenemos en el Perú, es que las autoridades hagan suyas las decisiones del pueblo y las ejecuten. Sin embargo, el transfuguismo y la gestión de intereses trastocan esa idea. Por otro lado, los candidatos mienten a sabiendas que no cumplirán sus promesas, así se prostituye la política y el país.
En el Perú, no podremos hablar de una verdadera democracia en tanto no tengamos, por un lado; un pueblo instruido, con capacidad de discernimiento, conocedor de sus derechos y por otro lado, Partidos Políticos que constituyan verdaderas plataformas doctrinarias que formen y provean líderes que respondan al pensamiento, valores y programa del Partido en la búsqueda del bienestar de los ciudadanos. Igualmente, los Partidos Políticos, deben ser medios de participación masiva en la política nacional donde se discutan y se generen aportes para la solución de los grandes problemas del Perú en todos sus niveles de gobierno. La abundancia de Partidos y Movimientos Regionales, en mi opinión, lejos de fortalecer la democracia, la debilita más bien pues fracciona absurdamente las supuestas doctrinas que sostienen la visión de país cuando en realidad lo correcto es que unos pocos Partidos reflejen el gran sentir ciudadano evitándose así o facilitándose al menos, la solución de los grandes conflictos sociales.
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