En 14,000 años de historia, retrocedimos 200
Como si más de dos años de pandemia por la Covid 19 con Vizcarra no fueran suficientes, los peruanos hemos tenido que afrontar, todo tipo de plagas y calamidades: fenómenos naturales, acciones terroristas, crisis políticas, alza de precios, reclamos sociales y, finalmente, ¡Yaku ! ¿ Qué más nos falta ? es la gran pregunta que muchos nos hacemos.
El tema es que todas estas desgracias generan un costo en vidas y económico, por lo tanto vale la pena preguntarse, ¿ Pudieron evitarse ?, tal vez al cien por ciento no, pero con políticas adecuadas sin duda que los efectos pudieron ser menores....entonces, ¿ Cuál es nuestra desgracia mayor?...sin duda, malos gobernantes y pésimos representantes en el Congreso, con contadas excepciones por supuesto.
Acabo de retornar de un interesante viaje de prospección por el interior del país y he tenido una valiosa comunicación con gente honesta y trabajadora que necesita con urgencia atención por parte del Estado, de ese Estado ausente que sólo reacciona a la fuerza. La presencia del Estado en las zonas más alejadas de Lima sigue siendo débil, mayormente ineficiente y casi sin capacidad de control. Este es el caldo de cultivo para la corrupción. En muchos casos, las autoridades y representantes, que deben velar por el bienestar de sus ciudadanos, son personajes de dudosa reputación al servicio de organizaciones delictivas. Esta es una constante en todo el país.
Lamentablemente, un país con malas autoridades, será un país mal administrado. Pero, ¿ Por qué los peruanos parecemos tener una maldición a la hora de elegir a nuestras autoridades y congresistas ?...muy simple, porque tenemos un pésimo sistema político-electoral que permite que personas sin las mejores condiciones personales y profesionales y, hasta delincuentes, lleguen a tener cargos de elección de altísima importancia pues en sus manos está el bienestar de la población. Esta situación en los últimos años ha sido realmente insostenible pues se juntaron la crisis política y la pandemia de la COVID con sus secuelas devastadoras en la salud y la economía de los peruanos.
Con la elección de Castillo el país empezó a "hacer agua" por todos lados y con su salida se inició un estallido social preelaborado con el apoyo de entidades extranjeras de evidente filiación, más bien pseudoizquierdista diría yo, pues más que políticos, son maleantes. El Perú entró en un proceso de tira y jala entre diferentes intereses utilizando una de las partes a población incauta. Lamentablemente, nuestra presidenta, integrante de la plancha presidencial del hoy preso expresidente Castillo, no da la talla y parece perdida en su propio laberinto al querer estar bien con Dios y con el diablo. La conducción de un país no es para timoratos.
Y siguiendo con las calamidades, lo sucedido recientemente en diferentes ciudades de la costa norte y central, es inadmisible. Una vez más se evidencia la absoluta falta de planificación. Planificar el desarrollo de un país significa ANTICIPARSE a las necesidades de la población y dentro de esas necesidades es crucial implementar medidas de prevención para reducir los impactos que puedan tener en la población los diferentes fenómenos naturales y diversas condiciones de crisis, inclusive guerras.
Los primeros culpables en primer lugar de toda esta desgracia, sin duda, son los alcaldes, pues son ellos los que administran el territorio de su jurisdicción. Sin embargo se sigue permitiendo la ubicación de asentamientos humanos en lugares no aptos, entre ellos por ejemplo, cauces secos y quebradas, igualmente en los bordes de los causes de los ríos. Hay un dicho muy cierto, "Donde alguna vez corrió agua, algún día volverá a pasar" y eso es exactamente lo que ha sucedido. Por eso el título de este blog. Lo que la población originaria aprendió a través de 14,000 años de historia, se perdió en 200 años de vida republicana porque lamentablemente la conquista impuso sus propios patrones de nuevos asentamientos que obedecían principalmente a la explotación de recursos y así hemos continuado y hasta peor evidentemente. Los españoles desconocían los fenómenos naturales propios de estos lugares, error que arrastramos hasta el día de hoy. Cosa inaudita, pues con la tecnología y los conocimientos que disponemos actualmente, estos desastres se hubieran podido evitar o por lo menos mitigar sus efectos.
Como es posible que en pleno siglo XXI tengamos que hacer colectas para reunir productos de necesidad vital para los pobladores de las zonas afectadas, a modo de ayudas humanitarias, cuando es el Estado el llamado a tener las reservas de todo aquello que resulte indispensable para atender este tipo de emergencias como ropa, comida, medicinas y llevarlas con prontitud. Durante el gobiernos de los Incas se construyeron marcas, collcas y tambos para almacenar alimentos deshidratados y todo tipo de productos que podría necesitar la población debido a un fenómeno natural y/o el ejército en tiempos de guerra.
El manejo de las cuencas es otra historia. Los ríos no están canalizados debidamente y no tienen canales secundarios que ayuden a bajar las grandes crecidas dirigiendo el agua hacia reservorios, evitándose así que se pierda el valioso recurso en el mar, tal como se hacía en tiempos prehispánicos. En el pasado, las lluvias intensas (no Meganiños por supuesto) y los huaycos, eran recibidos como fenómenos naturales beneficiosos pues podían almacenar mayor cantidad de agua y los sedimentos arrastrados por los huaycos mejoraban los suelos con sus nutrientes. Hoy en día no sólo se desperdician estos recursos sino que son sinónimo de desastre. Así estamos...
¿ Cual es la conclusión de todo lo dicho ?...que autoridades incapaces y corrupción son nuestros grandes y, al parecer eternos males que impiden que un país como el Perú alcance el nivel de desarrollo que merece y que URGE una reforma del Estado y una reorganización de las regiones políticas. Necesitamos un Estado más pequeño pero eficiente y con verdadera presencia en todo nuestro territorio, asimismo debemos replantear nuevas regiones con sentido transversal para garantizar el acceso a diferentes recursos, entre ellos principalmente, el agua. Y, finalmente elaborar las reformas políticas y del sistema electoral necesarias, para que no lleguen a cargos de elección personajes impresentables.
Julia Schabauer
De mi blog: "Comentarios personales" , análisis y comentarios de la realidad peruana
Estimada Julie, felicito tu capacidad para ubicarnos en el contexto de nuestra realidad nacional y lanzar las propuestas que nos sirvan para salir del marasmo que nos encontramos.
ResponderEliminarEstimada Julia, no hay nada más certero de tu análisis y propuestas que tu misma vivas y observes la realidad del Perú profundo.
ResponderEliminarHola July, gracias por compartir tan acertada crítica, lamentablemente hay mucha ignorancia a la hora de elegir un candidato,existe mucha persona x 1 gorro o un lapicero tendrían que los candidatos ser elegidos luego de presentar títulos de estudios no fraudulentos,cada vez sube al poder gente menos preparada, ejemplo latente la Presidenta Boluarte que no es ni chicha ni limonada ,a esa señora el puesto le quedó grande siempre
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