Dios mío, ¿ Por qué me has abandonado ?
Hoy es Viernes Santo y, aunque para muchos la esencia de estos días feriados ha pasado a la historia, hoy es un buen día para reflexionar sobre temas que, más que religiosos, son humanos y sobre los que me provoca escribir, en parte por cubrir una necesidad de comunicarme y, por otro lado para variar los contenidos políticos, que sin duda, a las personas ya cansan, porque a pesar de todo lo que se escriba y se proponga en bien de nuestro país, termina siendo como arar en el mar...
A pesar de mi formación científica, soy creyente, creo en un poder universal como causa y origen de todo lo existente que puedo resumir en una frase que solía decir a mis alumnos de un colegio católico cuando ellos me decían, un tanto confundidos : En el curso de Historia, usted nos enseña cómo se formó el hombre, pero el profesor de religión nos dice que fue Dios, entonces ¿ A quién creemos ?, a ello respondía, " La Religión nos enseña quién nos creó, la ciencia nos explica cómo".
Dicho esto, quiero compartirles algunos pensamientos que vinieron a mi mente mientras que escuchaba algunas de las palabras de Cristo en la cruz, particularmente cuando dice: "Dios mío, Dios mío, ¿ Por qué me has abandonado ". Palabras que por cierto siempre me sorprendieron porque me sonaban a un reclamo al Padre y no llegaba a entenderlas en toda su magnitud. . Hoy con algo más de experiencia de vida trataré de elaborar un ensayo de su significado y mensaje.
Y es que Cristo representaba en ese momento, a la humanidad...a ti...a mi... a cualquiera de nosotros; con todas sus debilidades de hombre, pero en especial a quienes padecen injusticias.
Se dice que la concepción de Jesús fue un hecho milagroso, pero una vida nueva, es siempre un milagro de la perfecta genética. Jesús creció en el seno de una familia con amor. Hombre bueno, de virtudes milagrosas que viene a la tierra con un sagrado propósito que cumple a cabalidad. Sin embargo, en el momento de su muerte, duda y siente que el Padre lo abandonó.
Sabemos que eso no fue así, entonces, si analizamos estos hechos, podemos pensar o deducir que cada uno de nosotros puede ser "otro Jesús" en el sentido que a pesar de haber nacido y crecido en un hogar lleno de amor y haber sido formados como buenas personas y ciudadanos de valor, la vida nos puede poner en situaciones dramáticas en las que ponemos en duda si todo aquello correcto que hicimos en verdad sirvió de algo y es más...nos desanimamos y creemos que no vale la pena seguir esforzándonos.
Si embargo, la muerte y resurrección de Cristo está llena de simbología y nos trasmite y mensaje de esperanza : Somos capaces de reponernos ante cualquier adversidad. El sufrimiento no es eterno. Ni siquiera la muerte es el fin...como científica, creo que el secreto de la vida eterna está en la maravillosa herencia genética que nos hace realmente inmortales hasta el fin de nuestras generaciones.
Tengan amigos una buena Semana Santa y espero que mis breve blog les haya motivado a una buena reflexión.
JULIA SCHABAUER
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